viernes, 20 de diciembre de 2013

NUESTRO PATRIMONIO SONORO: La marcha fúnebre de Moran - Banda del Regimiento de Gendarmes de Infantería 1911



http://www.youtube.com/watch?v=WtuV1zDiTSs&feature=youtu.be



AREQUIPA Y SU MUSICA...ALGUNOS ANTECEDENTES

(Extracto del discurso de presentación del libro Arequipa y su música)

La música como expresión cultural tiene en Arequipa muchas centurias en su haber. Fue parte de la vida social hogareña donde abuelos, padres, hijos y demás miembros de la familia sumaban sus voces y toques de instrumentos para amenizar las reuniones.
La aparición de la tecnología sonora a fines del siglo XIX  provocó el desplazamiento de aquellas antiguas prácticas. Este “quiebre” provocó que la familia dejara de CREAR y TRANSMITIR letras y música que venían de generación en generación: La tecnología devoró la tradición oral toda vez que la música popular carecía de partituras y las letras se guardaban en cuadernos familiares que terminaron desechados… con el correr de los años.
Una conocida frase refiere que “lo que no se usa… se atrofia”. Este “síndrome por desuso”, se evidencia hoy en día, cuando por ejemplo, a diferencia de antaño no nos esmeramos en la caligrafía y ortografía. Dejamos esa tarea al procesador de textos de la computadora. En el caso que nos ocupa, la tecnología sonora que “GUARDABA” los sonidos y facilitaba la repetición exoneró a nuestros antepasados de la más preciada de sus habilidades: la retentiva sonora. Sino como explicar la aparición de trastornos de memoria como el Alzheimer o la demencia senil progresiva.
La incipiente tecnología sonora ante la necesidad de expandir la venta de sus gramófonos tuvo que incorporar repertorios locales propiciando la participación de un reducido número de nuestros exponentes quienes dejaron patente su voz y su música. Es probable que NO FUESEN lo mejor de la “vitrina” entre otras cosas por el nulo incentivo económico. Por ejemplo, la Estudiantina Duncker recibió de la Victor en 1928 un juego de cuerdas para los instrumentistas como único pago.
Otro hecho derivado de lo anterior es que la Tecnología de grabación impuso un estándar de duración que hasta hoy existe. Cada tema tiene en promedio tres minutos de duración. Ello significó mutilar el repertorio con la supresión de versos y estrofas y su acompañamiento. Un par de ejemplos los tenemos en “La Partida” o “El Pajarillo cautivo”. Junto a ello también se consagró una injusticia, toda vez que a la hora de etiquetar los discos se obviaba los nombres de autores y compositores, llevándose el crédito únicamente los intérpretes cosa que hasta hoy puede evidenciarse en la mayoría de presentadores de música en las distintas radioemisoras.
Finalmente, otro elemento de contexto para aproximarnos al discurrir histórico de nuestra música, también de naturaleza EXOGENA es el referido a la movilidad cultural. La tecnología ha hecho que los intercambios se aceleren. Lo que antes tomaba meses o años hoy precisa de escasos segundos. Agentes externos han “bebido” pero también han “dejado” una huella cultural entre otras, en la música. Sólo así se explica que algunas de nuestras tonadas y versos también se encuentren en regiones y países circunvecinos. Veamos estos fenómenos. En el periodo colonial, muchos de los nacidos en esta tierra abrazaron la carrera militar en las filas realistas y participaron de las principales gestas en los distintos confines del antiguo Virreinato del Perú.  Allí llevaron su música… nuestra música, tan igual como los infatigables arrieros arequipeños en sus largos periplos comerciales. A ellos se suman la presencia en Arequipa de las corrientes expedicionarias del sur y del norte con contingentes foráneos constituidos por argentinos, chilenos, altoperuanos, venezolanos, colombianos y ecuatorianos principalmente. Como se sabe, las tropas tienen un alivio de sus penas en los cánticos y música. La guerra que emprendió Chile contra la federación peruano-boliviana también dejó su huella…de allí trascendieron “Pajarillo y “Nieve viento y sol”; dos testimonios que por ejemplo fueron llevados a la discografía en Argentina por Héctor Roberto Chavero Aramburú “Atahualpa Yupanqui”. En 1911 Montes y Manrique grabaron el Pajarillo.
Otro hecho que para los arequipeños puede explicar esta “movilidad musical” es la construcción del ferrocarril de Arequipa. No menos de dos mil peones chilenos, bolivianos y argentinos principalmente, llegaron junto a Enrique Meiggs para ejecutar la más importante obra pública del siglo XIX en Arequipa. Junto a los peruanos y arequipeños, en particular, intercambiaron inevitablemente repertorios en sus momentos de descanso.
La guerra con Chile también dejó su marca cultural en nuestros soldados, tan igual como cuando empujados por la necesidad de trabajo miles de arequipeños viajaron a las antiguas salitreras peruanas y bolivianas para participar en esas duras faenas durante casi cincuenta años.
Amigos… son estos los principales fenómenos económicos y políticos que pueden explicar por qué nuestro repertorio musical haya trascendido. La tradición oral ha mantenido hasta hoy al menos en términos ideativos muchas de nuestras primigenias composiciones que urge recuperar y salvaguardar.
Con estas premisas es que pasamos a describir algunos hitos de nuestra historia discográfica. Hacemos la salvedad que el presente es un TRABAJO INCOMPLETO, por cuanto ha girado de modo exclusivo en quienes dejaron huella DISCOGRAFICA en discos de carbón y de vinilo.
Es nuestro deseo que con la participación de intelectuales y personas entendidas y COMPROMETIDAS con Arequipa y su cultura, se pueda profundizar este pequeño aporte. Estamos absolutamente conscientes que el trabajo tiene muchos vacíos e imprecisiones que rogamos a los lectores tengan la generosidad de salvar y -quien sabe- en una reedición colectiva se pueda corregir y SOBRETODO aumentar.

Ante nuestra imposibilidad material y de tiempo, este trabajo no abarca las producciones hechas en cassetes y discos compactos que también necesitan ser registradas. Con ello, estaríamos aumentando el universo investigativo para salvaguardarlo y estudiarlo.



REFLEXIONES SOBRE NUESTRO PATRIMONIO INMATERIAL

(Extracto del discurso de presentación del libro Arequipa y su música)

En estos tiempos de grandes transformaciones y cambios, se hace necesario asumir algunas tareas y estrategias a efecto de preservar los distintos valores culturales nativos, en especial, la música. La globalización en sociedades como la nuestra es absolutamente asimétrica. Son más los aportes que se recogen que los que se diseminan. Esa desigualdad cultural pone en peligro las identidades locales, haciendo especial énfasis en las nuevas generaciones.

Peligrosamente, los arequipeños del futuro están haciendo suyas costumbres, hábitos y lenguajes ajenos. De allí que deba ser prioridad, el invertir en el afianzamiento del patrimonio folclórico, fiestas tradicionales, gastronomía, medicina tradicional, y demás manifestaciones del arte popular que se conocen hoy bajo el nombre del patrimonio inmaterial.

Surge también la necesidad de documentar la historia de Arequipa a través de un archivo sonoro y audiovisual regional, el que además debe preservar lo más valioso del patrimonio cultural -repetimos- inmaterial y que se halla disperso en distintas fuentes y con el riesgo latente de perderse.


Cabe preguntarse, quién o quiénes en un futuro y cómo se representará lo arequipeño?. Eso es algo que no se tiene en claro, a falta de adecuadas políticas de preservación. Se hace por ello, forzoso el fortalecer la capacidad creativa de los cultores de la música, además de brindarles escenarios y condiciones adecuadas para su cultivo y promoción. 

Estas tareas deben trascender, el mes de agosto o festividades centrales en cada una de nuestras provincias y distritos. Pero también, es apremiante, recuperar, poner en valor  y enriquecer los repertorios de los grandes exponentes de la música arequipeña, a efecto que no se sigan viendo, reiteraciones en las distintas formas públicas de expresión como por ejemplo, los corsos de la amistad o festivales de danzas, etc.  La casa y la escuela también tienen su cuota de responsabilidad; hay que tonificar las capacidades para salvaguardar la cultura...Arequipa y su cultura es una tarea de todos.


AREQUIPA Y SU MUSICA: 1913 - 2013 CIEN AÑOS DE DISCOGRAFIA

A CIEN AÑOS DE LAS PRIMERAS GRABACIONES FONOGRAFICAS

Un 20 de setiembre de 1913, cinco arequipeños dejaron por vez primera en la ciudad de Lima, testimonio sonoro del acervo musical de nuestra tierra para la disquera norteamericana Victor. Se trata de Rafael Velarde y Angel Medina del dúo Velarde y Medina; Mariano Escobedo y Domingo Núñez, del dúo quenistas Escobedo y Núñez y el guitarrista Emilio Sirvas que acompaño a ambos dúos como instrumentista. Como homenaje a este hito de la historia musical mistiana el jueves 19 de diciembre se presentó el libro “Arequipa y su Música – 100 años de discografía arequipeña” del periodista y docente santamariano Luis Pareja Rivero. Fueron casi cuatro años de labor recopilatoria.
La obra aborda en quince capítulos la idiosincrasia musical de nuestros principales exponentes a través de las distintas épocas y géneros y que dejaron huella sonora a través de los discos de carbón y vinilos. Cuenta con 282 páginas e incluye dos CD’s de cortesía en su mayoría con música inédita y que pasará a formar parte del patrimonio musical arequipeño.
Este compendio abarca información discográfica de las primeras generaciones de intérpretes, de los principales autores y compositores, tanto locales como nacionales e internacionales que le cantaron a la ciudad de Arequipa y a sus provincias.
Información de los festivales musicales, la música y el deporte arequipeños, los temas conmemorativos dedicados a los barrios y distritos, la música institucional y coral, la radio y los cancioneros. Dentro de lo inédito se tiene la letra del yaraví que interpretó el general Trinidad Morán el día de su fusilamiento en 1854.
                                                                 LAS GRABACIONES
El 20 y 22 de setiembre de 1913 Domingo Nuñez y Mariano Escobedo grabaron 14 temas instrumentales (10 yaravíes, 3 huaynos y 1 serenata). Allí se tienen entre otros “Separación”, “Palomita donde vas”, “Aún la nieve se deshace”, “Los dos amigos” y “La flor de canela” que nosotros hoy la conocemos gracias a Don Benigno Ballón Farfán como “Negrita flor de canela”. Entre el 22 y 24 de setiembre, por su lado Rafael Velarde y Angel Medina dejaron estampadas sus voces en 29 grabaciones en su mayoría de origen melgariano. “Crueldad”, “Resolución”, “Retrato”, “El destino o la partida”, “El delirio”, “Si dos con el alma”, y la primera grabación del carnaval arequipeño antes del arreglo de Don Benigno Ballón Farfán), entre otros.
Cuatro años después, de nuevo la Victor envía a dos de sus técnicos de grabación a Lima y Arequipa para registrar nuevo material. Entre el 7 y 10 de agosto de 1917 se producen 64 grabaciones. Dicho trabajo tuvo como protagonistas a Los Hermanos Soto, El trío Arequipeño de Quenas, El coro de la Unión Musical de Arequipa, La Banda Federal de Arequipa, el dúo Salas y Rodríguez, Dueño Rodolfo Vinatea y Raúl Buendía, José Barahona y un señor de apellido Valdivia. Junto a ellos se tiene la participación también –por vez primera- de la mujer arequipeña. Esas pioneras fueron Irene Quesada, Sofía Emilia Llosa y las Srtas. Ampuero y Acosta. Los géneros grabados son de lo más diversos: yaravíes, valses, canciones, huaynos, marineras, tonderos, polcas, marchas e himnos principalmente.
Luego de estas pioneras grabaciones en Lima y Arequipa, vendría la segunda generación que tiene como protagonistas a los dúos que conformaron Zacarías Salas e Isaac Marroquín Calderón (Salas y Marroquín ) y don Cleto Chávez Anci y Timoteo Abarca Núñez (Chávez y Abarca) que en abril de 1928 dejaran también en Arequipa su huella sonora junto a los pioneros de la música puneña: la Estudiantina Duncker de don Alberto Rivarola, y los duetos femenino Lucy y Ana Salinas y el masculino Cataila y Katari que grabarían por vez primera en lengua aymara.
En la década de los veinte, músicos de origen extranjero grabarían el repertorio del joven y genial Benigno Ballón Farfán. La orquesta Internacional Victor, el tenor mexicano Carlos Mejia junto a las sopranos margarita Cueto y Blanca Ascencio y los colombianos Jorge Añez y Alcides Briceño que en 1924 grabaron “Melgar”.
Sin embargo, otro genio de la música Luis Duncker Lavalle quedaría inmortalizado con sus obras “Quenas”, “Llanto y Risa” y “Luz y Sombra” grabados por la orquesta de la disquera Victor en marzo, abril y diciembre de 1913. La obra en suma es un recorrido fonográfico que abarca las producciones en discos de carbón y de vinilo hechas por arequipeños a lo largo de esta primera centuria.